4.6.10

MANUEL TAPIAL Y DAVID SEGARRA SE CONTRADICEN EN SU PRIMERA DECLARACIÓN SOBRE LOS HECHOS.


Manuel Tapial (Junior):
       “Que no tienen vergüenza. ¿Qué violencia pudieron ejercer 800 personas contra comandos de élite disparando a matar”.
       
        “Hemos visto como disparaban desde las zodiacs bombas de fragmentación. Desde las zodiac ya dispararon a matar. Cuando saltaron desde los helicópteros ya había dos muertos en el barco”

David Segarra:
          “Nos han golpeado, nos han amenazado. Nos han insultado, encapuchados, enmascarados como comandos” 

          "Empezaron los disparos de fuego real con granadas de contusión y de sonido".


            Antes de empezar, dejemos las cosas muy, muy claras: bajo ninguna circunstancia, que es decir, ninguna y sin ninguna excepción posible, nada de lo que diga a título personal y en representación de mi mismo para poner en evidencia que Manuel Tapial (sobre todo) se contradice enormemente en su “versión de testigo directo” en el asalto del Mavi Mármara tiene la más mínima intención de justificar absolutamente nada o tan siquiera invitar a pensar que había alguien que se merecía perder la vida en aquel barco. Y, menos aún, sobre todo, justificar o ser comprensivo con esos Siete Tontos del ejecutivo israelí que, como si fueran una versión moderna de los “Siete contra Tebas”, se han lanzado a una nueva y desconocida guerra con un entusiasmo imbécil y una sobre-confianza pueblerina en la fuerza que ha dañado profundamente, sobre todo, a lo que es su obligación defender: la integridad de Medinat Israel, el Estado de Israel, el Hogar Nacional Judío. Pero toda esa estupidez de mentalidad militar desplegada en este lamentable incidente es al mismo tiempo la peor evidencia en contra de la versión de Manuel Tapial, Junior, y su honestidad: esa mentalidad cuadrada de “rambito” alimentada por la histeria de la “seguridad” son rígidas en las dos direcciones, tanto para lo bueno como para lo malo. Junior insiste en que aquellos israelíes eran “comandos de élite”. O sea, precisamente los que menos se desvían del guión de las órdenes y los protocolos, los que menos piensan: no abren fuego a no ser que se den ciertas condiciones. O como resultado de una orden superior, o como acto de auto-defensa ante un disparo de fuego real. Un soldado israelí no puede abrir fuego “así porque sí”, “entrar matando” como dice Junior. Y si lo hace, se le puede caer el pelo. Como se le va a caer el pelo en Israel a cualquiera que no explique con mucho detalle por qué disparó en el interior de aquel barco bajo la hiper-crítica mirada de la sociedad israelí.